Cae un mito negrolegendario: los Tercios no entraron en decadencia

sephirox

Nota de Sephirox: la investigación corre a cargo del historiador Davide Maffi, al cual tuve la suerte de escuchar en directo en una ponencia en la UV, sobre tema relacionados con esta etapa moderna en la Guerra de los Treinta Años. Vamos, que el artículo puede ser de un periodista, pero la obra está hecha por un historiador de primer nivel.

Dejo el enlace de nuestro grupo de Historia: https://www.mediavida.com/g/CDE


Una desmitificadora obra demuestra que las fuerzas españolas del último Austria mantuvieron una notable potencia militar en contra de la visión negativa que se les ha atribuido tradicionalmente.

El primero de julio de 1690, durante la Guerra de los Nueve Años, la enésima campaña de hostigamiento que lanzaron las tropas francesas del insaciable Luis XIV contra los Países Bajos chocó contra un ejército aliado liderado por el príncipe de Waldeck y al que se le había unido un contingente de tropas españolas enviado en auxilio días antes. La bautizada como batalla de Fleurus fue una auténtica carnicería —los defensores perdieron entre 15.000 y 20.000 hombres— y un rotundo triunfo de la maquinaria militar gala. Muchos historiadores han analizado esa jornada como una especie de canto de cisne de los Tercios de Flandes, el último enfrentamiento campal en que incurrieron las unidades de Carlos II, reducidas a un continuo anhelo del pasado glorioso a partir de entonces.

Pero la batalla no se perdió por los supuestamente harapientos y hambrientos soldados españoles, que mantuvieron el ala derecha de la línea aliada, la de mayor prestigio, rechazando tres asaltos de las fuerzas enemigas e incluso matando a uno de sus comandantes. Otro de los oficiales franceses reconocería que las tropas de la Monarquía Hispánica de aquel día no habían sido menos valientes que las de la celebrada batalla de Rocroi (1643), símbolo del ocaso de unos Tercios que medio siglo más tarde seguían guerreando en menor número, pero con la misma ferocidad. De hecho, en las jornadas posteriores a Fleurus, atenuaron las consecuencias de la victoria gala conteniendo su avance.

Contra la percepción derrotista, nefasta y desastrosa del reinado de Carlos, más conocido como el Hechizado por su personalidad enfermiza y las consecuencias de la endogamia de los Austrias, el historiador militar Davide Maffi demuestra en Los últimos tercios (Desperta Ferro) que las picas y la caballería española siguieron constituyendo una potencia militar nada desdeñable en la segunda mitad del siglo XVII: "La visión de los Tercios españoles como una masa indefensa incapaz de introducir cualquier tipo de innovación no responde en absoluto a la realidad y las unidades de la Corona supieron ganarse en el campo de batalla el respeto tanto de enemigos como de aliados", escribe.

La obra del profesor de Historia Moderna y de Historia de los Antiguos Estados Italianos en la Universidad de Pavía y reputado especialista en la monarquía de los Austrias constituye un esfuerzo desmitificador para verter luz sobre uno de los reinados menos conocidos de la historia de España y antesala de los Borbones. Maffi evidencia, con numerosos ejemplos como la citada batalla de Fleurus, que si bien los ejércitos de Carlos II se vieron reducidos en número y contaron con limitaciones para reclutar nuevos hombres, sobre todo debido al vaciado de las arcas reales, su esfuerzo bélico no fue nada inferior al de sus oponentes.

El historiador militar realiza en su reveladora investigación una operación quirúrgica no solo de los conflictos en los que España se vio involucrada en esta época; también desgrana de forma muy clara la salud y los entresijos de ese ejército, desde las tácticas, organización, cuantía y formación de los contingentes hispanos hasta las levas de reclutamiento, sin olvidar el discutido papel del Cuerpo de Oficiales, a quienes se ha tildado de "incompetentes, coléricos y vanidosos", pero que en realidad "no fueron ni mejores ni peores que los de sus contrapartes y entre ellos hubo un gran número de auténticos profesionales de la guerra".

Entre 1665 y 1700, año de su muerte, Carlos II hubo de manejarse en cinco conflictos de envergadura: la guerra contra Portugal, saldada de forma catastrófica con la independencia del país vecino en 1668, la de Devolución (1667-1668), la de Holanda (1673-1678), la de Luxemburgo (1683-1684) y la de los Nueve Años (1688-1697). Una serie de enfrentamientos principalmente para hacer frente a la agresiva política expansionista del Rey Sol a la que se sumaron las operaciones en defensa de los territorios americanos y de las plazas sitiadas de forma permanente por argelinos y marroquíes en el norte de África.

Este complejo entramado de conflictos y teatros operativos que ninguna otra potencia europea del tiempo tuvo que afrontar abocó a la Corona a "esfuerzos hercúleos para mantener contingentes en los diversos frentes de guerra, alejados entre sí y con escasas conexiones, lo que hacía muy problemático su abastecimiento y la planificación de una defensa coordinada contra las ofensivas francesas", desliza Maffi. Esa problemática, la gran cantidad de provincias a defender y la imposibilidad de concentrar todos los esfuerzos en un único punto, sumada al agotamiento de los recursos humanos y económicos del reino, supone, según el historiador, la explicación de por qué España salió perdiendo de todos los enfrentamientos a pesar de mantener unas fuerzas armadas de la misma calidad que sus rivales.

"Si se abandonaban los presidios africanos, toda la costa mediterránea de la Península quedaba abierta a la posibilidad de incursiones masivas de los corsarios berberiscos. Si no se reforzaba el frente catalán, la provincia quedaba expuesta a una invasión enemiga. Sin Milán, el poder militar español en Italia se hubiera venido abajo como un castillo de naipes. Con respecto a Flandes, solo mantener una presencia estable en la región seguía haciendo de España una gran potencia europea y permitía a Carlos II mantener un papel clave en las cuestiones del Sacro Imperio y en general del norte de Europa", desgrana el experto en los reinados de Fernando IV y Carlos II.

En el apartado bélico, Davide Maffi prueba con hechos cómo el Ejército de Flandes, supuestamente incapaz de actuar, logró preservar con sus veteranas tropas la integridad de los territorios de las Provincias Unidas amenazados por el arrollador avance de los franceses. O cómo en la Guerra de los Nueve Años las tropas españolas constituyeron un pilar fundamental para el esfuerzo aliado, protagonizando heroicas resistencias como la del presidio de Charleroi en 1693. En el apartado marítimo, aunque las escuadras no eran mínimamente comparables a épocas anteriores, como los años en los que se intentaba invadir Inglaterra, "España siguió siendo una potencia naval considerable y sus flotas preservaron el imperio".

La cuestión principal, indica el autor, radica en que la pérdida de la preeminencia conseguida en los campos de batalla en tiempos de Carlos V y conservada durante el reinado de Felipe II, "envolvió en una leyenda negra las capacidades militares de los ejércitos de la Corona". Lo cierto es que a pesar de todos los problemas logísticos y económicos, la Monarquía Hispánica en época de Carlos II pudo contar con una media de entre 87.000 y 112.000 soldados al año, un número de efectivos "modesto" en comparación con los ejércitos de Luis XIV, pero que suponían una potencia militar "muy parecida" a la de sus aliados: las Provincias Unidas, el Sacro Imperio o Inglaterra. Es decir: los últimos tercios, en palabras de Maffi, no fueron en absoluto una turba indisciplinada, poco equipada, mal armada, poco dispuesta a batirse y más propensa a rendirse que a luchar. Mito enterrado.

Fuente: https://www.elespanol.com/cultura/historia/20200906/hechizo-carlos-ii-no-tercios-ejercito-decadente/518199528_0.html?utm_campaign=socialbutton&utm_source=whatsapp&utm_medium=social


Bueno, traigo el artículo porque, por desgracia ya que no me gusta mucho, este es mi tema. Este año he acabado la carrera y mi TFG fue sobre Carlos II, su reinado vaya, por lo que puedo decir que controlo bastante del tema.

Básicamente, yo creo que esto se sabía ya, pero nadie se había atrevido a decirlo tan claramente. Hay otro autor que achaca la "decadencia" no a que se quedaran obsoletos, sino al hecho de que la Monarquía Universal tiene que dejar la piedra angular en Europa, que era Flandes, y reorganizarse desde dentro, como pudieron y les dejaron. Entroncaba los Tercios con un ejército mucho más parecido a lo que hoy entendemos, más fraccionado en unidades ágiles que lo que vino después durante el XVIII.

En sí, gente como Julián Contreras, Sanz Ayan y, sobre todo, Luis Ribot, se han encargado de desmitificar tanto el reinado de Carlos II como algo desastroso, que no lo fue para nada (es el primer reinado en España, por ejemplo, que tiene unos presupuestos de gasto, y que los limita y cierra la deuda consolidada), y que rehabilitan a un rey, que fue mediocre, pero no un subnormal como tildaba la historiografía decimonónica.

Carlos II fue un tipo pío hasta el extremo, no un degenerado; fue una persona con una gran cantidad de hobbies, como los toros; alguien de buena salud física como atestigua Luis Ribot a través de als embajadas de la época, siendo capaz de aguantar grandes jornadas de cacería y mejor de salud que sus propias esposas (achaca su final a una enfermedad adquirida al beber del río en una de estas partidas); era más trabajador de lo que se pensaba, hay documentación que demuestra que el tío hacía por trabajar, aunque se cansara rápido.

El tema de los hechizos pertenece a una conspiración que se monta el embajador austriaco y algún que otro cortesano para intentar controlar la voluntad del rey, que era quien ostentaba la soberanía regia. Esto les sale mal y alguno como el Almirante se ve exiliado; pero fue algo puntual, que ha quedado como mito e imagen de este, pero que no se correspondía a la época.

Vamos, poco a poco van cayendo los falsos mitos que los negrolegendarios han imputado a España.

63
B

Comento para que no se me olvide leerlo después que estoy desde el movil.

Gracias

2 respuestas
B

#2 si quieres te modero y así te salta el aviso xD

Bueno con citar por esta gilipollez suficiente

14 2 respuestas
B

#3 no estarás haciendo lo mismo que señalas?
Porque yo sí.

1 respuesta
T-1000

Vivan los Tercios!

1
B

#4 si.

Luego me leo el muchotexto.jpeg

HeXaN

#2 Imagina que el foro tuviese un sistema de marcadores. Sería increible.

7 1 respuesta
XarevoK

Un buen tercio de Alhambra bien fresquito

5 1 respuesta
B

#8 Alhambra especial, espero.

1 1 respuesta
HeXaN

#9 Mejor 1925.

8
B

#3 #7 podéis insultarme pero desde el movil no encuentro lo de favoritos

EDIT lo he encontrado bajo la publicidad haciendo scroll hasta el final, definitivamente si, podéis insultarme xd

2 respuestas
HeXaN

#11

3 1 respuesta
B

#12 whaaatt pensaba que eso significaba proponer para noticias, adios

1
B

#11 oye aquí Quien ha insultado :_(

1
TripyLSD

Nunca entraron en decadencia

1 2 respuestas
Danrex

Podéis leer también de la misma editorial, "De Pavía a Rocroi" de Julio Albi de la Cuesta.

T-1000

Rocroi fue una derrota muy aprovechada por los enemigos de la monarquía hispánica para difamar y decir que los tercios españoles estaban en decadencia y ya no eran nada, pero eran palabras vacías, los tercios seguían siendo una máquina de picar y agujerear enemigos, después de Rocroi hubo más victorias de los legendarios tercios, las mejores mejores unidades de la edad moderna, nuestras legiones. Honor y gloria a esos heroes.

Decirle al señor Duque de Enghien que agradecemos sus palabras… Pero esto es un Tercio español

5 2 respuestas
C

#15

3 1 respuesta
alblanesjr

#17 Ademas de verdad.

A todos los que les gusta la historia de nuestros Tercios les recomiendo De Pavia a Rocroi de Julio Albi de la Cuesta. Un gran libro para introducirnos en la mejor infanteria de la Edad Moderna.

3 1 respuesta
sephirox

#19 La colección de "Breve historia de" tiene también uno sobre los Tercios, escrito por otro historiador de renombre, quizá en España el que más conoce el tema militar en época moderna.

Es verdad que será más divulgativo por la serie donde se publica, pero tampoco creo que la gente quiera algo más enfocado al análisis concreto y sesudo de un aspecto.

2 1 respuesta
PrinceValium

No me ha quedado muy claro.

alblanesjr

#20 Los buscare a ver que tal esta, porque si que es cierto que el que he recomendado a quien no este acostumbrado a leer ensayos serios se le puede hacer un mundo.

B

Campaña para instaurar el Día de los Tercios de Flandes
https://www.elconfidencialdigital.com/articulo/defensa/Campana-instaurar-Dia-Tercios-Flandes/20180109180556087999.html
https://www.abc.es/historia/abci-abc-historia-premiada-tercios-divulgar-epopeya-legendaria-infanteria-espanola-202001270142_noticia.html

Estuve de paso en la recreación histórica, ya casi a última hora, que hicieron en la Plaza de la Villa en Madrid y me gustó bastante por lo pintoresco. Había oído hablar de ella y casualmente pasaba cerca cuando oí los ruidos y caí en qué podía ser. Además se estaba debatiendo por aquí el tema de las banderas y la de la cruz de borgoña se me destacaba entre ellas.

Respecto a la justificación de la obra, desde el punto de vista racionalista celebro que se sigan tirando mitos que afectan negativamente a la historia de España y que tienen repercusiones en el día a día. La endofobia que cargamos como tara en España se debe en buena parte a la subordinación ideológica y a la aceptación acrítica de estas ideologías ajenas y chirriantes con el pensamiento racionalista español; categorías, conceptos e ideologías aceptados precisamente por la endofobia.

Quisiera también felicitar a los historiadores que se animan a tratar estos temas sin complejos utilizando los más rigurosos métodos.

1
TripyLSD

#18

BaRtoZ

Venga que levante la mano el que se lo haya leído.

Contractor

Pues muy interesante, indagaré más.

La realidad sobre los ejércitos españoles es que pese a las derrotas o su inferior equipamiento y falta de presupuesto (y no me refiero solo a esa época), han mostrado siempre una valentía y saber hacer que muy pocos ejércitos han tenido.

Ahora imaginemos si hubieran estado o estuvieran bien equipados y financiados...

Eso si, la leyenda negra viene de dentro. Como siempre. La gran tragedia de España, nuestro enorme complejo de inferioridad y cainismo.

3 1 respuesta
CHiCoMaRTiNi

Con los tercios acabo la tecnologia como otros ejercitos de la historia cambia las estrategias de combate

1 respuesta
C

Cayeron por cambio del paradigma militar mas que nada.

1 respuesta
sephirox

#27 #28 No es exacto eso, los estrategas españoles conocían las nuevas tácticas que a partir de entonces iban a ganar preeminencia, pero las rechazaron porque pensaban que eran peores. Es en lo que hacen hincapié estos autores, el estilo de los Tercios es más parecido al de la guerra actual que lo que entonces triunfó.

El problema vino por el abandono de la hegemonía en Europa a partie de la Paz de Niemga, donde la partida de dinero hacia ese frente disminuyó drásticamente y del mismo modo el ejército.

Tengo un paper por ahí donde lo explican, y los estudiosos del reformismo austriaco que se inicia en la época con don Juan José, Medinaceli y Oropesa, también suelen nombrar este abandono como motor que posibilita las reformas antes de que el centro político se dinamite del todo ante la falta de descendencia y la acción de Mariana de Neoburgo.

Petrusin

Creo que uno de los grandes problemas que ha tenido combatir la leyenda negra de España (lo cual veo muy necesario) es la leyenda rosa que se creó para sustituirla y la cual empieza a ser timidamente documentada desde hace unos años. Una especie historia nacional que pasa del extremo negro a uno demasiado rosa.

España no fue la Atila de América. Pero por otro lado aunque sus técnicas de combate y su estilo de esgrima perfeccionado por Pacheco de Narváez eran jodidamente temidas por toda Europa, los enemigos de España no se cagaban al ver a un español lanza en ristre como muchos quieren hacernos creer.

Hoy en día es algo complejo navegar entre toda la cantidad de información existente sin caer en la broza que forman las historias antiespañolas y los mitos ultranacionalistas.

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