Ciclo de cine: Corea del Sur y los cuatro Oscars

Al principio con el rollo fantasioso me ha dado muchos vibes de Swiss Army Man, que también me gustó, aunque luego se van diferenciando bastante. En ambas pelis el uso de la música es súper importante y uno de sus puntos fuertes. En Castaway me ha parecido muy bien elegida la música para cada momento y la edición de sonido muy destacable. A nivel de dirección también pienso que está muy bien. Tiene planos muy chulos y lo de ver las mismas escenas repetidas desde el punto de vista de la cámara con el teleobjetivo que tiene la chica en su habitación me encanta. Los actores lo hacen bien y los detalles humorísticos han funcionado muy bien conmigo, como también me ocurrió con Miracle at cell No.7.

Lo mejor de la peli es cuando el repartidor de comida le lleva los fideos y el protagonista los rechaza y por qué los rechaza, y al repartidor le toca volver a casa de la chica con el recado (genial el personaje secundario del repartidor, se avanza a los actuales ciclistas de Glovo/Deliveroo/etc por unos cuantos años xddd). Y luego la chica le pide perdón mediante la curiosa forma de comunicarse que tienen.

En definitiva, muy bonita la peli, ha cumplido mis expectativas con creces y por una vez, no voy a buscarle pegas en mi review.

La escena que comentas de los fideos es realmente acogedora, a mí también se me quedó marcada en el primer visionado que le di al film. Por cierto muy de acuerdo con lo último que comentas, fecha idónea para traer la cinta al ciclo.

Volverla a ver me ha servido para darme cuenta de algunos detalles más y verla de otra manera.

La primera vez la vi como el relato de la vida de una adolescente y de cómo esta intenta buscar el camino de su vida a través del amor, de las relaciones familiares y de una figura, como la de la profesora, en la que fijarse.

Pero esta vez también me he dado cuenta de lo bien que describe la Corea de aquellos años, la de la década de los 90.
Por aquel entonces, Corea era un país que estaba empezando a disfrutar de los primeros años de democracia y que, económicamente hablando, estaba despegando. En definitiva, un país que miraba hacia delante y veía un futuro esperanzador y prometedor. Pero, como todo país que acaba de pasar por una guerra y muchos años de dictaduras, Corea tenía una "cara oculta" bastante oscura. Y la película se encarga de mostrarte esa Corea donde dicho avance económico y la necesidad de reurbanizar estaban por encima incluso de la vida humana. Donde la violencia doméstica y los castigos físicos en las escuelas estaban a la orden del día y el hurto menor no era ni considerado delito. Donde incluso dentro de una familia había una jerarquía y todo el apoyo lo recibía el hijo varón.

Por otro lado, he visto una metáfora muy bonita en el bulto de la oreja de la chica. Me parece que toda esa trama la directora la usa para mostrarte cómo se va creando una cierta "herida" en el corazón de Eun-hee. Al final dicha herida se cura, gracias en parte a la figura de la profesora, pero, cómo le dice el ex-novio, "te ha dejado una gran cicatriz".

Por último, la fotografía me encanta. Me parece que está muy cuidada y todos los planos están bastante estudiados.

A destacar este, cuando se cae el puente y Eun-hee llama a casa para preguntar por la hermana. Varios segundos en silencio y con la silla, en la que se solía sentar la hermana, vacía. Te tiene en tensión hasta que, finalmente, la hermana entra en plano y se sienta.