Hay dos tipos de hombres: los que se lavan las manos antes de mear y los que se las lavan después. Yo me las lavo antes. ¿Por qué?, dirás. Porque mi polla es sagrada. Hay que reverenciarla. Oooooh!. ¡Es el centro del universo mundial!. ¡La manguerita de la alegria!. Tú deberías hacer lo mismo